¡Q
ué tiempos! Tras la derrota del nazismo, las chicas “topolino” se convirtieron en el reflejo edulcorado.machismo. Incluso en los inocentes anuncios sobre remedios para el dolor de cabeza se transmite un mensaje que hoy resultaría inaceptable: la familia siempre supeditada al padre.
EL ÁLBUM
Describen cómo éramos, qué ambicionábamos y todo aquello de lo que carecíamos. Pero también tuvieron una misión propagandística y sexista, tal y como recuerda ahora una exposición. El franquismo utilizó la publicidad de los años 40 y 50 para «educar» en los principios del régimen.
Una superestructura de himnos y homilías se cernía sobre la penuria de los 40 como una nube. El luto, el frío y el hambre se anestesiaban con la cínica comicidad de las variedades, los sermones del padre Venancio Marcos, El Coyote de Mallorquí, las coplas de Concha Piquer o las zambras cachondas que Manolo Caracol le cantaba a una gitana adolescente. La propaganda política ocultaba la miseria bajo la alfombra de la censura y la publicidad era su prolongación; los anuncios incorporaban y multiplicaban los lemas de la dictadura. Susana Sueiro, comisaria de la exposición La sociedad española de los años 40 y 50 a través de la publicidad, ha documentado que «el manejo de la fraseología de los vencedores por parte de las casas comerciales fue habitual en los primeros años del franquismo».
[Fuente: elmundo.es ]
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