Ninguna casa sin Cine



• TECNOLOGÍA





► Ni un hogar sin Home Cinema


■ En Soyntec (http://www.soyntec.com/) están decididos a que no nos quedemos sin un equipo de cine en casa. Como otros dispositivos de sonido 5.1, su Voizze 500 (sólo 39,90 €) incluye un subwoofer, que realza los tonos graves y acentúa los sonidos de batería, percusión y bajo, y 5 satélites que otorgan sonido envolvente donde se encuentren situados. Además, es compatible con reproductores DVD con salida Dolby, tarjetas de sonido y decodificadores e incluso puede imitar efectos exclusivos de un equipo de 6 salidas.




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La Resistencia del Bambú




• CIENCIA





► La fuerza del bambú


■ No se deje engañar por el aspecto aparentemente frágil del bambú. Este material es lo suficientemente resistente para sustituir al hormigón en la construcción de puentes, según acaba de demostrar un equipo de ingenieros chinos.

En Daozi, un pueblo al sur de China, se ha erigido el primer puente de bambú, sostenido sobre nueve vigas de este material y capaz de soportar hasta 90 toneladas. Cubierto por tablas de bambú, el puente ha sido reforzado con fibra de vidrio y fue diseñado por la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad de Hunan. Para comprobar su resistencia, ha sido inaugurado con el paso de un camión de ocho toneladas. Según sus constructores, podrá funcionar entre 20 y 30 años .




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Códigos de Seguridad en las Comunicaciones





• TECNOLOGÍA






■ Durante la II Guerra Mundial, los ejércitos descubrieron la importancia de los códigos y la seguridad de las comunicaciones, de modo que en ambos bandos se idearon máquinas, algunas muy complejas, que cifraban los mensajes haciéndolos ininteligibles para el enemigo.


En el Pacífico, el Ejército norteamericano se encontró con un grave problema cuando combatía con los japoneses en la jungla: las máquinas de cifrado eran pesadas y lentas, y las pequeñas unidades no podían disponer de ellas. Para colmo, algunos soldados japoneses hablaban inglés, con lo que a menudo sus mensajes eran interceptados y sus planes conocidos con anterioridad.


La solución llegó de la mano de Philip Johnson, un ingeniero que se había criado en una reserva de indios navajos, cuya lengua no tenía relación con ninguna otra europea o asiática y no se enseñaba en colegios ni poseía una cultura escrita. Consistió en reclutar a unos cuantos indios para que hablaran por radio en su lengua.


El sonido del navajo era tan extraño que al principio los operadores de EE UU que no estaban al corriente pensaron que los japoneses habían interferido sus frecuencias. Luego todo funcionó y los mensajes se hicieron ininteligibles para los japoneses, aunque también para los americanos, que debían llevar siempre un indio para poder entenderse. Otro problema que surgió es que en navajo no existían palabras para decir avión, bomba o buque. De modo que a todos estos objetos se les asignó una palabra en navajo tradicional: los cazas pasaron a ser “colibríes”, los submarinos, “peces de hierro”, y los morteros “cañones que se agachan”.


Para comprender la complejidad de este idioma que nunca llegó a ser descifrado véase la palabra tiburón, con la que se definía a los destructores de la marina, y que, en navajo, sonaba da-hetib- hi beshlo y ca-lo. El código navajo fue considerado alto secreto durante años, y sólo a partir de 1982 se reconoció el papel de los operadores indios durante aquella guerra.



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Moscas con doble nariz




• CIENCIA





► Con un par de narices


■ Los seres humanos tenemos dos ojos que nos permiten percibir el espacio en tres dimensiones, y dos oídos con los que podemos localizar de forma precisa el origen de un sonido. Pero para las moscas lo realmente importante es su doble “nariz” para oler en estéreo.


Es la conclusión de un estudio realizado por Leslie Vosshall, de la Universidad de Rochester, y publicado en la revista Nature Neuroscience. Según Vosshall, las moscas cuentan con dos órganos olfatorios que no sólo les permiten identificar el origen de un olor sino también navegar directamente hacia él, un comportamiento conocido como quimiotaxis.


Para estudiar este fenómeno, Vosshall y sus colegas tuvieron que descifrar en qué dirección se movían las larvas de la mosca de la fruta, Drosophila melanogaster, con respecto a la fuente de un determinado olor. Pero como los olores son invisibles, los investigadores pidieron ayuda a algunos colegas del Laboratorio de Biología y Bioquímica Molecular de Thomas P. Sakmar. “Necesitábamos ver los olores”, explica Vosshall. Y lo consiguieron aplicando una novedosa técnica espectroscópica que les permitía, mediante luz infrarroja, crear entornos donde les era posible ver, controlar y cuantificar con precisión la distribución de los olores. Los resultados con moscas manipuladas genéticamente para suprimir uno de sus órganos olfatorios no dejaban lugar a dudas: cuando se trata de identificar dónde están los alimentos, una sola nariz no es suficiente para estos insectos






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